martes, 20 de septiembre de 2011

Arquinset - Semana de Arquitectura

REPENSAR_REUTILIZAR_RENOVAR


Arquinfad y el Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC) organizan la quinta edición de Arquinset - Semana de Arquitectura, que tendrá lugar en Barcelona entre los días 29 de septiembre y 6 de octubre de 2011.

ARQUITECTURA Y SOSTENIBILIDAD

La introducción de criterios de sostenibilidad en la arquitectura actual es ya un hecho insoslayable. Por un lado, nos damos cuenta de que el concepto ha calado en la sociedad a través de la divulgación de los medios de comunicación, de campañas de organismos internacionales y también por la acción de militantes «verdes», como Al Gore, que con su película ha divulgado los peligros del cambio climático en todo el mundo. Desgraciadamente, la ambigüedad del término también ha facilitado su banalización, hasta el punto de que hoy todo el mundo puede afirmar, sin necesidad de demostrarlo, que una actividad, empresa, producto o edificio es sostenible.

Por lo tanto, hay que introducir rigor en el uso del término. La sostenibilidad en la edificación afecta a un amplio abanico de medidas respecto de la energía, los recursos, los residuos, la salud, la eficiencia económica y la participación social. En muchos casos estas medidas se pueden comprobar y demostrar. La sostenibilidad se puede pesar, medir y comparar. Hoy disponemos de un abanico de herramientas de certificación que facilitan este trabajo a pesar de que están en evolución y son perfectibles, como en cualquier proceso evaluador nuevo.

A las tres patas clásicas de la sostenibilidad: la ambiental, la social y la económica, hay que añadir hoy una cuarta que mejora la estabilidad del conjunto, igual que la cuarta pata mejoró las sillas diseñadas por Frank Lloyd Wright para las oficinas de la empresa Johnson en Madisson. Esta cuarta pata es la cultural, el elemento que liga los otros tres factores. Sin cambiar nuestra visión del mundo no podremos avanzar por el camino de la sostenibilidad. No basta con poner unas placas solares, ni un aireador de grifos, ni un producto innovador. La sostenibilidad es un concepto holístico que implica un cambio radical de hábitos, no sólo en la construcción sino también en la movilidad e incluso en la alimentación.

Hace cuatro años, el informe Stern –un encargo del Gobierno británico de Tony Blair–avanzó un paso más al estudiar con rigor las consecuencias económicas de no actuar. Según este informe, si no se dedicaba un 1 % del PIB a mitigar el cambio climático, las consecuencias al cabo de diez años serían de una crisis que podría representar una afectación del orden del 20 % del PIB mundial. Recordemos que la crisis actual afecta al mundo por debajo del 10 %, y recordemos también que aquel 1 % de inversiones mínimo no lo dedica ningún país del mundo y que el tiempo para actuar se acaba.

También es bueno recordar otro informe famoso, el del estudio encargado por el Club de Roma a tres científicos de renombre. El libro Los límites del crecimiento, aparecido en 1972, señaló por vez primera el peligro que significaba un consumo de recursos creciente exponencialmente en un mundo finito y limitado. La crisis energética, vinculada a la progresiva escasez del petróleo y otros recursos fósiles, es cada vez más cercana.

La salud constituye otro vector emergente del proyecto arquitectónico. Hasta ahora la eficiencia de los edificios, en particular los de oficinas, ha sido el tema prioritario en el interés general. Pero del compromiso de la arquitectura con la sostenibilidad deriva una nueva filosofía que trata de equilibrar este objetivo con otro a menudo olvidado pero igualmente importante: la salud de las personas. La actualidad y las previsiones de futuro, que muestran un incremento de enfermedades como alergias, asma, cáncer, fibromialgia, lipoatrofia semicircular, síndrome química múltiple, electrosensibilidad y otras, nos obligan a fijar la atención en una cuestión olvidada incluso por las estrellas de la arquitectura.

El sector de la edificación absorbe cerca de la mitad de los recursos de materiales en el mundo. Sin embargo, emite alrededor de un tercio de las emisiones de CO2 y se desconoce el grado de participación en la contaminación ambiental, pero se sabe que es muy importante. El llamado síndrome del edificio enfermo, el conocimiento que las pinturas habituales llevan una gran cantidad de componentes tóxicos y que la falta de mantenimiento de los aparatos de climatización o la falta de derivación a toma de tierra de algunas estructuras metálicas pueden provocar diversas molestias y enfermedades, refuerzan la necesidad de nuevos conocimientos de los cuales los profesionales carecen y que las escuelas de arquitectura no proporcionan.

Todos estos antecedentes hacen que, en 2011, la semana del Arquinset se dedique a la sostenibilidad, en el sentido holístico y comprometido de la palabra. Con un formato similar al del año anterior, los debates, las ponencias y las visitas a edificios nos acercarán a los profesionales y las organizaciones más comprometidos con el problema.