El proyecto que ha resultado ganador en el Concurso de Proyectos con Intervención de Jurado para la Redacción del Proyecto Básico y Asistencia Técnica de Diseño durante la Redacción del Proyecto de Ejecución y las Obras de Construcción de la Facultad de Ciencias Gastronómicas y Centro de Investigación e Innovación en Alimentación y Gastronomía - Basque Culinary Center fue presentado por Vaumm Arquitectura y Urbanismo S.L.P. bajo el lema Culinary Landscape.
Vaumm Arquitectura y Urbanismo S.L.P.
Oficina de arquitectura ubicada en Donostia, integrada por 5 socios, Tomas Valenciano, Javier Ubillos, Marta álvarez, Iñigo García y Jon Muniategiandikoetxea, arquitectos todos ellos, formados en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de San Sebastián. Los inicios de Vaumm se remontan al año 2000, aunque su consolidación definitiva se produjo en el año 2004, año en el que se formalizó como sociedad limitada. En la actualidad la oficina se encuentra integrada por 9 personas y un gran número de colaboradores, expertos en diversas materias específicas. Sus miembros han desarrollado una intensa actividad, ligada a las administraciones, a la labor docente o la participación como ponentes en congresos y seminarios, como Babel 03 e Hibridaciones y Transculturalidad, celebrado durante el mes de abril de 2009 en Granada.
Entre sus obras destacan la Guardería Sansaburu en Eibar, premiada por el COAVN en el año 2007, el primer premio de la Casa de Cultura y Auditorio Ibargain en Oiartzun, Ayuntamiento y Frontón en Araitz (Navarra), o el edificio de 70 Viviendas de Protección Oficial en Riberas de Loiola, además han sido finalistas en múltiples concursos como la Ampliación del Museo San Telmo.
Vaumm ha recibido gran número de premios y menciones como el 2º premio en la ordenación de la Plaza San Juan y Genaro Etxeandia de Irún (2005), el 2º premio en el concurso para la construcción del centro de acogida e interpretación de La Antigua en Zumarraga (2009), o más recientemente el 2º premio en el concurso internacional para la reforma integral del Centro Internacional de Cultura Contemporánea, TABAKALERA.
ASPECTOS GENERALES
En una primera aproximación al objeto de este concurso, la propuesta ganadora presenta un edificio que proyecta una imagen rotunda, innovadora, sugerente y audaz a la vez que buscdiva en su implantación una integración respetuosa en la ladera en la que se posa.
El proyecto se sirve del desnivel existente en el terreno para plantear una estrategia de implantación en base a plantas escalonadas que descienden al ritmo de la ladera existente y que le permiten generar los accesos a diferentes niveles con una total integración en la topografía. Ello dota al edificio por un lado, de la capacidad de poder capturar tanto las vistas próximas enfocadas al parque tecnológico como las vistas lejanas que establecen una relación directa con el paisaje circundante, mientras que por el otro, al sobresalir sólo una planta desde la parte alta del solar, el edificio no supone una barrera visual al paisaje, y por tanto no entra a competir con la escala de las viviendas próximas.
Asimismo, resuelve de forma pragmática la organización funcional del complejo programa de usos que un edificio de estas características requiere. En base al desnivel existente el programa de usos se organiza desde el acceso hacia abajo, favoreciendo la especialización del programa de necesidades.
Su organización en torno a un espacio exterior, central de relación permite mostrar el flujo de movimiento de personas como expresión del dinamismo característico del programa de usos y generar a su vez visuales cruzadas que favorezcan la orientación y la interrelación. La disposición de espacios cubiertos y abiertos como transición entre interior y exterior otorga amplitud al espacio interior. Constituye en definitiva un edificio permeable y versátil.
OBJETIVOS Y PRINCIPALES ACTUACIONES
Generación de la volumetría.
Desde una óptica conceptual, la volumetría ha sido generada en base al juego de escala entre una referencia icónica (platos amontonados) y el propio edificio.
El artista Robert Therrien (Chicago 1947) manipula objetos de uso cotidiano en la cocina como elementos de vajilla, cacerolas o menaje para elevarlos a la categoría de objetos de arte. Mediante amontonamientos, acumulaciones o multiplicaciones de escala, traslada esos mismos objetos presentes en la cotidianeidad a un registro artístico. La normalidad de los objetos contrasta con la presencia iconográfica que adquieren en su nueva dimensión.
Esta misma operativa ha sido llevada a la definición volumétrica exterior del edificio, en la que esos mismos platos de Therrien, servirán como soporte cotidiano a unos espacios dedicados al desarrollo tecnológico y a la innovación en la gastronomía. Se cierra así un camino de ida y vuelta, mediante el planteamiento de una metáfora en la que el "plato vuelve a ser el soporte de la gastronomía".
Esta condición redunda en el paralelismo entre gastronomía y arquitectura, en el sentido de que tanto el cocinero como el arquitecto desarrollan su trabajo para los demás, dando soporte al disfrute ajeno, en una clara vocación de servir al comensal o al usuario del edificio.
La utilización de geometrías que recuerdan tanto el apilamiento de platos como la suavidad de las ondas que representan la topografía de la ladera original consigue dar un efecto unitario al conjunto que sirve de estrategia de fusión entre arquitectura y paisaje.
Lectura del solar e implantación integrada del edificio.
El nuevo edificio que albergará la sede del Basque Culinay Center se sitúa en una parcela tangencial al parque tecnológico de Miramón. Esta condición de proximidad junto con la acusada pendiente del solar, aportan el necesario punto de partida de esta propuesta arquitectónica.
Por un lado el edificio debe servir como icono de la facultad a la que sirve, proyectando al exterior una imagen fundamentada en el liderazgo tecnológico y en la innovación; y por otro debe respetar e interactuar con la escala de baja densidad residencial del barrio al que se incorpora. Es por esta condición dual, por la que el edificio se aprovecha del desnivel de la ladera para organizar su programa funcional de arriba hacia abajo, colocando las partes públicas del programa en la planta de acceso y favoreciendo la especialización del programa a medida que descendemos, es decir adentrándonos en el edificio.
La implantación del edificio en la topografía permite escalonar las plantas y desalinearlas entre sí para generar espacios cubiertos y abiertos. Las crujías se adaptan según las necesidades funcionales del programa y se quiebran y deforman para acoger los accesos a las partes diferenciadas del programa.
El edificio adopta una forma de U, mediante la cual se permite el tránsito por la ladera, además de formalizándose un espacio interior a través del cual se desarrollan todas las circulaciones interiores, configurándose de este modo un espacio lleno de actividad, en el que se ponen de manifiesto las relaciones y el intercambio como dos elementos determinantes bajo la óptica de la innovación.
Las cubiertas se recuperan para el cuidado y cultivo de plantas de uso en las cocinas del centro.
En la lejanía el edificio muestra las diferentes bandejas que lo configuran equiparando su escala a la de los edificios del parque tecnológico de Miramón, mientras en la aproximación cercana las cubiertas se convierten en huertos de cultivo de plantas comestibles y aromáticas, neutralizando casi por completo la presencia del edificio en su relación con las viviendas del entorno.
Funcionalidad programática.
Desde un punto de vista funcional cabe destacar que este esquema ha permitido organizar el programa, en dos grupos: uno dedicado a la parte académica y otro a la práctica. La agrupación en vertical de todos los espacios del programa dedicados a la aplicación práctica de la gastronomía, como son los vestuarios, talleres, cocinas de preelaboración, acceso de materias primas y las cocinas de los espacios de restauración, de tal modo que la interconexión entre todos ellos, tanto para las personas como para las mercancías, sea directa, permite a su vez la optimización de las instalaciones técnicas.
Diálogo con el paisaje.
En la implantación del edificio en el solar se ha evitado la colocación del tradicional zócalo que genere el nivel horizontal desde el cual desarrollar el nuevo edificio. Se ha eliminado por tanto una posible barrera visual a las viviendas existentes, solucionando el contacto con el terreno mediante el escalonamiento del edifico por la ladera.
En contraposición a la arquitectura tradicional en la que esta emerge como figura destacada en el fondo del paisaje, este edificio adaptado a la topografía tiende a fundirse en él. Las cubiertas en su configuración envolvente tienden a delimitar parcialmente el patio organizador.
Medidas de ahorro de energía. Energías Renovables.
Desde la óptica de la sostenibilidad y apoyando la imagen fundamentada en la innovación y el liderazgo tecnológico, el edificio se proyecta incorporando medidas activas y pasivas para el ahorro energético con el empleo de Energías Renovables.