Nueva York es sin duda una de las principales capitales mundiales contemporáneas. La imagen de la ciudad ha llegado a todos los rincones del mundo gracias a iconos tan importantes como la Estatua de la Libertad, el Empire State Building o el Puente de Brooklyn, pero también gracias a su gente y su cultura, siendo mundialmente conocidos por distintos motivos el barrio del Soho, Wall Street, y por supuesto Broadway, entre otros.
Hoy en día el distrito teatral de Broadway se ha convertido en una atracción turística que atrae a gente de todo el mundo facturando, según la Liga Teatral de Broadway, 1020 millones de dólares aproximadamente sólo en entradas durante la temporada 2009-2010.
Es muy difícil ya encontrar obras nuevas en los auténticos teatros de Broadway, cuyos espectáculos principalmente se centran en el musical británico y suelen apoyarse en artistas reconocidos de Hollywood en los papeles principales para atraer una mayor audiencia.
Esto ha hecho que la oferta de espectáculos se renueve cada vez menos. Los teatros no ven necesidad de buscar nuevas obras ya que el efecto turístico de Broadway asegura el lleno absoluto durante prácticamente tanto tiempo como quieran. Prueba de ello son los más de 20 años en cartel y más de 9000 representaciones de The Phantom of the Opera, seguida por Cats con más de 7000 representaciones, Les Misérables con más de 6500, A Chorus Line 6000, Oh! Calcuta 6000, The Beauty and the Beast 5400, y así una interminable lista de grandes éxitos.
Propuesta
Es por eso que desde ArchMedium queremos proponer el diseño del “New York Theater City”. Un campus de teatros urbanos donde las compañías más pequeñas puedan disponer de espacios para ensayar y los nuevos espectáculos puedan mostrarse al mundo ofreciendo a la población una oferta cultural siempre joven, variada y renovada.
El campus está llamado a convertirse a su vez en una incubadora de nuevas tendencias y talentos. Un lugar donde teatros de todo el mundo puedan acudir a nutrirse de ideas frescas y, porque no, ofrecer ese ansiado contrato que puede catapultar una obra al estrellato, pero esta vez no a una obra de una compañía ya consagrada, sino a las más jóvenes que luchan por buscar su lugar en el difícil mundo del espectáculo y quieran, quizá, buscarlo fuera de las calles de Nueva York en países donde el teatro aún no ha logrado consagrase y donde la población está ansiosa por poder ver a más bailarines y más músicos ejerciendo su magia sobre el escenario.
Para la ciudad de Nueva York el campus debe convertirse en un espacio público donde los ciudadanos puedan acercarse a pasear y disfrutar de un ambiente artístico fuera de los abarrotados núcleos ya consagrados, y optar ocasionalmente por zambullirse en alguna de las múltiples salas del complejo a maravillarse durante unas horas con algún pedazo de nueva fantasía trasladada al escenario.
Emplazamiento
El solar escogido para el desarrollo del proyecto es una zona de uso industrial que goza de un emplazamiento privilegiado dentro de Manhattan y que al igual que ya han hecho algunos de sus solares vecinos está a la espera de un nuevo proyecto que lo ayude a reinventarse dentro de la ciudad.
A sus alrededores se han levantado nuevos edificios residenciales de alto standing, a poca distancia hacia el norte el Jacob Javits Convention Center lleva años atrayendo actividad a la zona, por su lado oeste la remodelación del paseo marítimo frente al rio Hudson y sus respectivos muelles está prácticamente finalizada, y en poco menos de un año el conocido parque High-Line se verá completado siendo este solar precisamente donde finalice uno de sus extremos.