La historia del rascacielos de Londres que derrite coches y fríe huevos al reflejar la luz del sol es de por sí surrealista. Pero su arquitecto, el uruguayo Rafael Viñoly, ha añadido aún más surrealismo al asunto en sus últimas declaraciones. Admite fallos de diseño en el Walkie Talkie, o fryscraper, como ya se conoce al edificio, pero culpa también al calentamiento global. Tal cual.
El Walkie Talkie
es el nuevo y polémico rascacielos de la City londinense. Completamente
recubierto de cristal, su parte central es curvada y refleja la luz del
sol en plena calle, emitiendo un "rayo de la muerte" (nombre que
también le han dado al reflejo) que roza los 50 grados centígrados,
derrite la carrocería de los coches, quema felpudos, dobla ruedas de
bicicletas y hasta fríe huevos.
Ahora, el arquitecto responsable del diseño, el uruguayo Rafael Viñoly, ha hablado en una entrevista en The Guardian, y sus palabras son aún más incomprensibles.
¿Qué ha dicho?
Viñoly reconoce lo primero que ha habido errores. Bien. "Hemos cometido muchos errores con este edificio y nos ocuparemos de ello". Sin embargo, luego comienza el surrealismo: "Sabía
que esto iba a ocurrir. Pero no teníamos las herramientas o el software
suficiente como para analizar el problema de forma precisa".
No es la primera vez que le ocurre esto a un edificio diseñado por el arquitecto. El Hotel Vdara
en Las Vegas, concebido por él con una forma cóncava similar, tuvo el
mismo problema. Desde entonces recubrieron los cristales con una capa
anti-reflectante. "Señalamos que habría ese problema, pero ¿a quién le importa si fríes a alguien en Las Vegas, no?"
Viñoly culpa luego a los consultores que trabajaron en el proyecto: "uno
de los problemas en esta ciudad [Londres] es la super-abundancia de
consultoras y sub-consultoras que diluyen la responsabilidad del
diseñador hasta el punto que ya no sabes qué estabas haciendo".
Y finalmente señala otro culpable más: el calentamiento global. "La
primera vez que vine a Londres hace años no era como ahora. Ahora
tienes todos estos días soleados. Así que se debería culpar a esta cosa
del calentamiento global, ¿no?". [vía The Guardian]
Gente observa cómo se fríe un huevo en una sartén al calor de la luz reflejada por el edificio (Getty Images).
Un sillín de bicicleta derretido.
Fuernte: Gizmodo