La Universitat de València, en colaboración con la empresa
privada y con financiación del Ministerio de Cultura, ha iniciado el
desarrollo de plataforma web para facilitar el cálculo del valor e
impacto económico del patrimonio cultural.
¿Qué le supone a un pueblo tener una iglesia gótica? ¿Resultaría
rentable organizar la segunda edición de un festival de cine
independiente? ¿Qué beneficios les puede reportar a los vecinos la
restauración de un convento? Responder de forma precisa a preguntas como
éstas será la función principal de Impactrimonio, una plataforma web
con la que instituciones, empresas y gestores culturales públicos y
privados podrán evaluar el impacto socio-económico de equipamientos
culturales, museos, complejos arquitectónicos, festivales, lugares
patrimoniales y mucho más.
La empresa encargada de sacar adelante el proyecto es Key
Productivity Konsulting (K|P|K), con sede en Vila-real (Castellón). En
este proyecto, la empresa cuenta con la colaboración de la Unidad de
Investigación sobre Economía de la Cultura y Turismo de la Universitat
de València (Econcult) adscrita al Instituto Interuniversitario de
Desarrollo Local (IIDL), con la que firmó un convenio el 1 de diciembre.
Francisco Marco, cofundador de K|P|K, explica que aunque la idea en
la que se basa Impactrimonio ya se ha desarrollado en el ámbito
académico y de la consultoría privada para proyectos ad hoc, lo que se
pretende es ofrecer un servicio accesible a un mayor número de entidades
públicas y privadas, con una interfaz clara y fácilmente
navegable.“Llevaba más de dos años soñando con acometer un proyecto de
estas características”, asegura Francisco Marco Serrano.
En una primera fase del proyecto, K|P|K y Econcult trabajarán con 25
empresas o instituciones para que actúen como 'beta testers'. Según Pau
Rausell, director de Econcult, la plataforma tiene el objetivo de
mejorar la eficiencia en la gestión del patrimonio cultural,
convirtiéndose al mismo tiempo en una nueva fuente de información para
investigadores y expertos.
Esta información servirá también para ajustar las políticas de
patrimonio a las necesidades reales del sector y contribuirá a aumentar
la conciencia social del patrimonio histórico-artístico, fomentando su
conservación y favoreciendo su valorización utilización como un recurso
rentable capaz de desencadenar procesos de desarrollo. “A través de esta
herramienta, queremos transmitir el mensaje de que se puede apostar por
la cultura sin sacrificar la eficiencia y la rentabilidad y de que las
actividades relacionadas con el patrimonio son una inversión y no un
gasto”, subraya Rausell.
El proyecto Impactrimonio está financiado por el Ministerio de
Cultura, la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales y la
Subdirección General de Protección del Patrimonio Histórico.
Más información:
http://www.impactrimonio.es
http://blog.impactrimonio.es
http://twitter.com/impactrimonio