Endesa ha instalado el Centro de Control de su Smartcity en una Casa Solar eficiente en el Paseo Marítimo de Barcelona.
Endesa ha estrenado el edificio que será el Centro de Control de su
Smartcity Barcelona y laboratorio de ideas (think tank) sobre eficiencia
energética, ciudades inteligentes y smart grids. Se trata de un
innovador edificio solar, diseñado por el Instituto de Arquitectura
Avanzada de Cataluña y promovido por Visoren, que se presentó
coincidiendo con el SmarCity Expo World Congreso que se está
desarrollando estos días en Barcelona.
El
pabellón, que está instalado al final del Muelle de la Marina durante
todo el año, se destinará a un doble uso: por una parte funcionará como
Centro de Control provisional de Smartcity Barcelona, el proyecto de
ciudad inteligente que la compañía energética está desarrollando en la
ciudad y en el que se invertirán 100 millones de euros en los próximos
años; y por otra, el edificio estará abierto al público como espacio de
exhibición del proyecto Smartcity Barcelona, para poder conocer las
distintas iniciativas de Endesa en materia de telegestión, vehículo
eléctrico, alumbrado eficiente, monitorización e incorporación a la red
de energías renovables y microgrids, entre otras cosas.
Se trata
de un pabellón modular diáfano, ligero y desmontable, de una superficie
construida de 154m2, con una estructura de módulos formada por pórticos
de madera laminada y cubierta fotovoltaica, que tiene un consumo medio
diario de unos 20kwh y una producción energética prevista de 100 kwh.
El
edificio de madera ha sido construido en un solo mes de plazo. Esto es
posible gracias al sistema empleado por el IacC, mediante el cual las
piezas que se producen se definen en formato digital y se cortan en
cadena con gran rapidez, aunque sean completamente distintas entre sí.
El
pabellón de Endesa ha sido diseñado como una casa solar, es decir, un
edificio que produce la energía necesaria para su uso y que además,
mediante un diseño pasivo, gana o pierde energía en función de la
estación del año.
El
objetivo es la autosuficiencia. Actualmente hemos podido comprobar el
balance de consumo/producción de invierno, obteniendo una producción
energética dos veces mayor que la de su consumo. Por lo que estimamos
que en verano, donde la energía solar es más abundante y el consumo
menor, dicho balance será aún mayor.
Inteligencia distribuida
El
proyecto supone un ejercicio en el que un edificio es adaptado mediante
el añadido de una serie de módulos en su fachada. Estos módulos, que
son vistos en sección como piezas triangulares, suponen optimizar el
edificio con una inteligencia energética y espacial. Sus dimensiones y
componentes varían en función de la orientación e inclinación del sol,
de la relación con el entorno y otras necesidades técnicas.
Por
tanto, al variar sus piezas, el sistema que aplicamos no resulta de la
repetición de un estándar formal, sino de la repetición de una lógica
que es distribuida a través de estos módulos.
A
nivel de energía, estas piezas poseen en su parte superior paneles
fotovoltaicos para la captación de energía solar. Se disponen además con
protecciones superiores, a modo de visera o alero, o protecciones
laterales para proporcionar una protección pasiva contra la radiación
solar en los meses de calor, o bien permiten la entrada de la radiación
al interior en los meses fríos.
Se trata, por tanto, de un juego
con la orientación. Al sur tendemos a abrirnos para obtener energía, al
norte tendemos a protegernos.
Otro objetivo que perseguimos es la
maximización de la amplitud del espacio interior. Esto lo conseguimos
alojando las instalaciones y espacios para el almacenamiento en los
módulos laterales; quedando de esta forma el espacio libre de
obstáculos. El pabellón es el resultado del juego con la orientación
mediante el uso de estos módulos perimetrales.
La forma sigue a la energía
La
captación de energía fotovoltaica se aloja en las fachadas de
componente sur y en la cubierta. Las inclinaciones de los paneles varían
en función estas orientaciones principales. Las fachadas con componente
sur se equipan con módulos preparados para que la radiación solar de
invierno, con inclinaciones máximas en torno a los 30 grados, entre al
interior y se acumule calor por efecto invernadero. Y para que la
radiación solar de verano, con inclinaciones máximas en torno a los 70
grados, no entre al interior. Para este último caso también se dota de
protecciones verticales para proteger del sol bajo de verano.
Por
lo cual en invierno las ventanas estarán soleadas, ganamos calor; y en
verano las ventanas estarán en sombra, evitamos ganar calor. Las
fachadas de componente norte son más cerradas, tienden a protegerse
porque no reciben radiación solar en invierno. Albergan las
instalaciones y el baño, haciendo de barrera térmica ante la parte más
desprotegida por el frío.
Madera, material solar
La
casa solar se construyón con un material solar. La madera es un
material vivo que crece con el sol. Es un material inagotable, producido
en cultivos. Es un material blando y accesible, fácil de trabajar,
adaptar y ensamblar. Es un material cálido, que nos proporciona un alto
aislamiento térmico.
Encontramos varios tipos de madera con la
que se ha construido el pabellón: la estructura y paneles principales
son de kerto, se panela con conglomerados de fibras procedentes de
reciclaje, abedul para acabados interiores y acacia para las tarimas
exteriores.
Fabricación digital
El
diseño por software ha sido realizado mediante el uso de herramientas
paramétricas. Estas herramientas nos permiten regir el proyecto mediante
los criterios explicados anteriormente. Pero traducidos mediante
ecuaciones matemáticas que producen y alteran la geometría del edificio.
Los parámetros que han definido la geometría se basan en inclinaciones
solares, orientación y aperturas al exterior.
El pabellón ha sido
construido en un solo mes de plazo. Esto es posible gracias a la
producción de piezas que son definidas en formato digital y cortadas en
cadena con gran rapidez, aunque sean completamente distintas entre sí.
Además, contamos con que la madera es un material fácil de cortar y
transportar.
Actualmente se puede tener un diseño digital que
controla al milímetro lo que se va a ejecutar en obra. Los encuentros
entre piezas han sido resueltos mediante software, y las piezas se
cortan pensando en el sistema que forman en el edificio. Con esta
precisión, las piezas de madera llegan a obra con los rebajes para
encuentros y los agujeros para recibir tornillería. Los módulos
perimetrales de fachada son producidos y ensamblados en fábrica, por lo
que en obra sólo deben ser encajados. Aumentando aún más la eficiencia
de la construcción.
Hablamos
por tanto de una arquitectura de construcción rápida, basada en el
ensamblaje preciso de piezas que conforman un sistema. Un sistema
completamente adaptado, que lejos de una repetición indiferenciada, se
basa en la estandarización de una lógica, distribuida a través de piezas
variables.
Fuente: Construible