HOTEL MERCURE SANTO DOMINGO
En un verano especialmente caluroso para Madrid, la ciudad cuenta con un nuevo oasis vegetal. Un vergel que por sus dimensiones y complejidad se ha convertido en el mayor jardín colgante de España. El Hotel Mercure Santo Domingo alberga esta obra de arquitectura verde, que además de su valor ornamental logra absorber 25.000 kilogramos de dióxido de carbono cada año. Un lujo para los sentidos y un pulmón para el asfalto.
Sorprende la armonía en el diseño de la composición vegetal, el cuidado detalle en su integración con el recién reformado edificio y la gran apuesta de este establecimiento hotelero por hacer del confort algo más allá del mobiliario. Todos los sentidos disfrutan del espectaculo de diseño y naturaleza que se conjuga en esta creación.
110 ESPECIES VEGETALES
La superficie ajardinada ocupa un total de 1.026 metros cuadrados, habitada por más de 110 especies vegetales diferentes entre árboles, arbustos, trepadoras, vivaces y herbáceas y plantas de flor de temporada, lo que garantiza colorido todo el año.
En total, se han plantado más de 2.500 plantas en más de 400 jardineras, para lo que se han utilizado 40.000 litros de sustrato vegetal especial para plantaciones. El jardín cuenta con 8 árboles de más de 5 metros de altura y cerca de 30 árboles de menor tamaño.
Para soportar el jardín se han utilizado 300 metros lineales de andamios y otros 150 metros de jardineras adosadas a muros para paredes verdes.
El sistema de riego es localizado por goteo, totalmente automatizado y con los mayores avances en este campo, para lograr el máximo aprovechamiento con el mínimo gasto de agua. Así, la humedad y los nutrientes se mantienen constantes con los riegos necesarios a lo largo del día en función de la humedad detectada en las diferentes sondas testigo.
Este espacio natural está inspirado en los bellos Jardines Colgantes de Babilonia, considerados una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Éstos fueron construidos en el siglo VI a. C. durante el reinado de Nabucodonosor II en una ciudad a orillas del río Éufrates. Hacia el año 600 a.C., Nabucodonosor II, rey de los caldeos, quiso hacer a su esposa Amytis, hija del rey de los medos, un regalo que demostrara su amor por ella y le recordara las hermosas montañas de su florida tierra, tan diferentes de las grandes llanuras de Babilonia.
La utilización de un andamio para crear el Jardín Colgante del Santo Domingo fue idea del arquitecto Félix González Vela que supo ver las múltiples ventajas y posibilidades que este tipo de estructura posibilitaba.
Con una inversión de más de 380.000 euros, en su creación han colaborado un equipo de mas de 15 técnicos de diferentes especialidades. El Director Técnico de Jardinería ha sido Manuel Pasquín, quien orgulloso cuenta a GENTE los entresijos de la creación de este paraíso vegetal en el centro de Madrid.
El proyecto cuenta con un complejo entramado, oculto a la vista por la flora y vegetación del jardín. Es un andamiaje donde se estructuran más de 400 jardineras de diferentes tamaños, situadas de forma escalonada unas con respecto a las otras y todas las instalaciones que son la base del funcionamiento del jardín y cascada. Una de las características diferenciadoras de este jardín es que incorpora arbustos e incluso árboles de cerca de 5 metros de altura.
Además, las plantas son todas de temporada, es decir que en cada estación se cultivan las que mejor se adaptan a las condiciones climatológicas del momento, lo que garantiza colorido todo el año. Están cultivadas en tierra, de la forma tradicional, lo que unido a sus dimensiones, convierte este proyecto en único.
Gentedigital.es/Ana Vallina Bayón