CaixaForum Madrid
Del 25/05/2011 al 18/09/2011
Estamos acostumbrados a pensar que los símbolos de las revoluciones están hechos de mármol y que se tiran al suelo cuando la revolución no triunfa u otro régimen se le sustituye. Pero hay veces que la revolución está hecha de ladrillos y ocupa centenares de metros cuadrados. Lo que pasa en estos casos es que los símbolos permanecen, quizás rodeados de nuevas casas, nuevas oficinas, nuevas tiendas que ocultan poco a poco su brillo. Pero sobreviven al tiempo.
Esto es lo que ha sucedido con algunas de las joyas de la arquitectura rusa que - en los años que siguieron a las revoluciones de 1917 de las que surgió el Estado Soviético - aunaron las energías creativas de artistas y arquitectos cuyas miradas estaban puestas en un único objetivo: construir un nuevo lenguaje visual.
Clubes para los trabajadores, escuelas, piscinas, fábricas de pan, comedores, viviendas comunitarias, residencias estudiantiles, sanatorios, teatros. Edificios vanguardistas que desafiaban el espacio y los cánones estéticos precedentes. Cuando el realismo socialista desplazó a la vanguardia constructivista por considerarla una manifestación de arte burgués, estos edificios desperdigados por las ciudades de la ex-Unión Soviética sobrevivieron.
‘Construir la revolución. Arte y arquitectura en Rusia 1915-1935’ es una exposición organizada por la Royal Academy of Arts de Londres – adonde se marchará después del 18 de septiembre -, en colaboración con la Obra Social “La Caixa” y la Colección Costakis del SMCA de Tesalónica. De esta colección en particular proceden los dibujos y las pinturas de artistas como Gustav Klutsis y Lisitski ubicadas en el centro de las salas.
Como explicó ayer la comisaria Maryanne Stevens de la Royal Academy of Arts, el recorrido de la exposición pretende recrear el diálogo entre artistas y arquitectos que caracterizó el constructivismo. El rechazo de cualquier manifestación relacionada con la naturaleza y la conversión de las líneas geométricas en fuente de inspiración acompañó el nacimiento de un arte práctico que se reflejó de manera especial en la arquitectura.
Construir la revolución
El punto neurálgico de la muestra son las imágenes de gran tamaño hechas por el fotógrafo británico Richard Pare entre 1992 y 2010 y que muestran el estado en el que estos edificios revolucionarios se encuentran actualmente, mientras en las vitrinas - como en un espejo - se exponen los documentos que catalogaban estos edificios y las fotos originales procedentes del Museo Estatal de Arquitectura Shúsev de Moscú que salen de Rusia por primera vez en ocasión de esta exposición.
Algunos de estos edificios ahora están totalmente vacíos, otros se han integrado en el nuevo paisaje urbano encontrando un nuevo uso. Es probable que caminando por las calles de Moscú donde diferentes estilos arquitectónicos se mezclan de una manera casi salvaje, el visitador ni siquiera se fijaría en estas obras de arte práctico pero no por eso menos dignas de estar en un museo.
‘Construir la revolución. Arte y arquitectura en Rusia 1915-1935’ ofrece exactamente esto: la oportunidad de explorar un movimiento artístico que ostentaba la construcción en vez de ocultarla. Quizás más de cerca y mejor de lo que se podría hacer en Moscú, Kiev o San Petersburgo. En estos días en los que el aire revolucionario recorre las calles de la capital, es una buena oportunidad para tomarse un descanso sin abandonar la idea de construir un nuevo mundo.