"Me siento liberado. Ya está. La gente ya se cree el proyecto y ve que no es un farol". Ferran Adrià soltó una noticia bomba el año pasado en Madrid Fusión al anunciar que elBulli se cerraría como restaurante y cambiaría de rumbo. "Volveremos en 2014 con otro formato", anunció. Serían dos años de paréntesis. En Madrid Fusión 2011 la noticia ha sido contar, en palabras e imágenes, elbullifoundation: "un proyecto global de creatividad hecho por gente de aquí". El impacto y el disfrute emocional de la comida bulliniana se percibirá en un complejo de arquitectura orgánica, mimetizada con el paisaje y nutriéndose de él sin dañarlo.
Y también se observará continuamente en Internet. Será un Bulli ecológico y tecnológico. La corporación vasca Tecnalia se encargará de la ingeniería, que hasta sacará energía de las algas, y la multinacional española Telefónica posibilitará que www.elbullifoundation.org sea un escaparate continuo en Internet de lo que se cocerá en Cala Montjoi (Roses, Girona). El arquitecto catalán Enric Ruiz Geli traducirá las ideas de Adrià en una "arquitectura bulliniana, de partículas, tecnoemocional", con cero contaminación: se producirá la energía que se consuma. Aunque los sueños son difícil de explicar y habrá que vivir este sueño catalán-universal en el parque natural de Cap de Creus, unas imágenes apuntaron los materiales de construcción de la nueva aventura: tejas hechas por el ceramista de Miró que son rojas como coral y estarán vivas como los hongos y musgos, una playa en donde antes había jardín, edificios Ideario como botellas de vidrio, cubiertas "vivas" con hojas integradas, sensores que medirán el viento, la humedad... Un diseño espectacular donde la rutina no tendrá lugar porque imperará la libertad de creación.
El nuevo Bulli será un centro de creatividad multidisciplinar. La cocina se relacionará con distintas disciplinas, ciencias, artes, técnicas. El objetivo final será gastronómico, pero "habrá libertad total de pensamiento y acción". Una mesa puede ser un plató o un escenario para probar las mejores horas de beber o comer. Por ejemplo. Con los cocineros trabajarán diseñadores, filósofos, científicos, arquitectos.... Será como un laboratorio permanente y un taller permanente. Las dudas, las preguntas y las respuestas, estarán en Cala Montjoi y en la Red. "Desde la humildad de quien no quiere dejar de aprender", advierte el chef catalán. Ya no importan las listas ni los nombramientos de número uno mundial. "He tenido mucha suerte en la vida, y quiero devolverle a la sociedad lo que me ha dado".
"Sigo por ellos y por vosotros", afirmó un Adrià visiblemente emocionado mirando al video donde aparecía su equipo y al auditorio, donde se habían congregado miles de personas y sonaban ovaciones y bravos.
El 30 de julio será el último día de comidas y el 31 de julio empieza elBulli reciclado en fundación: arrancarán las actividades de articulación de las proyectos creativos y de difusión mundial (Perú, China, Estados Unidos...). Aunque la cocina se cierre, los cerebros de elBulli hervirán continuamente.
"elBulli no cierra porque perdía dinero y no funcionaba, eso ha sido una especulación. ElBulli no pierde dinero, cuesta dinero", insistió Adrià, harto de especulaciones. Además de ser sostenible en términos de arquitectura, elBulli reconvertido en fundación estudiará su sostenibilidad a nivel económico y la optimización del equipo. Esto lo investiga con la Universidad de Harvard. Pero ya está calculado que precisa una inversión de 600.000 a 800.000 euros anuales. El dinero lo aportarán los socios (Ferran Adrià y Juli Soler) con los otros negocios que desarrollan (asesorías, conferencias, libros, diseño de productos...) "Que un pequeño empresario pueda hacer una fundación para hacer cosas es muy importante. Comparte su talento. En el momento actual hay una responsabilidad muy importante que debe entender el empresario: no todo lo puede hacer la Administración. A ver si alentamos que haya otras fundaciones en otros campos de creatividad", dijo Adrià.
El País